En este momento, casi todos andamos cargando un aparato que de niños solo veíamos en las películas de ciencia ficción. Música, juegos, cámara, y mapas en la palma de nuestra mano. Cada día son más rápidos, nos entretienen y nos ayudan a comunicarnos. Además de facilitar mantener relaciones no formales con chavalas.

Si tenés uno de esos aparatos que llaman smartphones, estarás familiarizado con la tendencia de quedarte incomunicado a media noche cada vez que salís a bacanalear y la batería muere. ¿Algo más aburrido que un broder que no twittea fotos borrosas ó no intenta llamar a su ex?

Comparado con los celulares más sencillos que utilizabamos hace un par de años cuando eramos menos "populares" y nos duraban días. Ahora no solo cargamos con los celulares sino con los cargadores en busca de un enchufe libre o el puerto USB de un amistoso extraño.

La razón de que no duren las baterías es sencilla: nuestros teléfonos han mejorado dramáticamente - con pantallas más grandes y procesadores más rápidos. Más de lo que nuestras baterías puedan soportar.

Y el mismo problema lo tiene toda tecnología que depende de baterías, y de hecho limita que muchos nuevos productos salgan al mercado. Los carros eléctricos nunca agarraron viaje por la capacidad limitada de sus baterías. Y en algún lugar, un cientifico guarda sus planos de un vibrador que nos dejaría a todos los hombres en salidas con noches de broderes y cerveza por el resto de nuestras vidas.

Por límites químicos, solo se puede obtener cierta cantidad de energía según el tamaño de la batería. Hemos visto mejoras con el tiempo, pero solo es un pequeño porcentaje por año que de todas maneras las nuevas aplicaciones buscarán la manera de consumir.

Podrían existir mejores soluciones, pero estamos a años o décadas de conseguirlas. Todas estan tan lejos que si son ciencia ficción en este momento. Lo que veremos en los próximos años no serán mejores baterías sino sistemas más eficientes, es decir menos consumo.