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Los personajes de la Ilustración francesa, siguen vigentes a pesar de los años, protagonistas de la revolución más importante e imponente que haya vivido la vieja Europa hasta la revolución bolchevique, fueron padres de la moderna democracia y de la libertad de pensamiento
En mi anterior artículo reflexionando sobre el suicidio quise dejar abierta la senda hacia esta segunda reflexión sobre Marat y su influencia indudable en el proceso revolucionario francés, al encabezarlo con el cuadro de su amigo Jaques-Louis David, en que se representa su muerte.
Pero también es digno de mención su ejemplar comportamiento como “militante” por la causa de la izquierda jacobina y su actitud permanentemente suicida.
Siendo joven me impresionó profundamente la obra de teatro de Peter Weiss, “La persecución y asesinato de Jean-Paul Marat, por el grupo teatral de Charenton bajo la dirección del Marqués de Sade”, obra en la que aparecen reflejados autores como Antonie Marie Joseph Artaud y el inolvidable Bertolt Brecht.
Recomiendo a mis lectores que se lean la obra o la vean en YouTube, la extensión de mis artículos no da para hacer una reseña de la misma.
Dicha obra de teatro influyo en muchos de los jóvenes que protagonizaron el Mayo del 68 francés y los años siguientes despertaron gran interés en muchos de ellos por los personajes de la Ilustración francesa.
Pero traigo a colación la obra de teatro al hilo de mi anterior artículo sobre el suicidio, porque la obra invita a una profunda reflexión sobre el carácter social de la locura colectiva y el suicidio como solución a dichos males, que en el caso de Marat se salda con su asesinato como culpable de haber instigado la Revolución francesa.
Es el más claro dibujo del malestar en la cultura de los pueblos y de la respuesta irracional frente a la antipatía y el desprecio al pesar y sentir ajenos.
Es una representación desgarradora y cruel de la realidad de una sociedad en estado de descomposición, que daría paso a la grandeza de una Francia que se libera del despotismo y la decadencia de la monarquía, para caer años después en las garras del despotismo ilustrado, que alumbraría el Contrato Social.
Marat fue un científico que dejó a un lado su carrera para convertirse en un profesional de la política, el centro mismo de la Revolución francesa encabezada por los jacobinos con su “Ofrenda a la patria”.
Marat es el ejemplo de una vida dedicada a servir al pueblo, para morir a manos del pueblo
Fue el más claro exponente de que las revoluciones se consuman por la vía de la radicalización y los inevitables excesos, lo que le obligó a exiliarse varias veces en Londres, para retornar nuevamente a Paris con renovadas fuerzas.
Llevó una vida de suicida, jugándose la vida constantemente, vivió oculto en muchas ocasiones hasta que de cayó en la trampa de la girondina Charlotte Corday.
Y los jacobinos llegaron a compararlo con Jesucristo: …amó ardientemente al pueblo y nada más que a él. Como Jesús, Marat odió a los reyes, los nobles, los sacerdotes, los ricos, los mediocres, y como Jesús, no dejó de combatir estas pestes de la sociedad.
Marat no se suicidaría para poner fin a su vida, porque Marat ya era un suicida al que acechaba la muerte en cada esquina, y al no encontrarle por las calles acudió a su casa.
Marat es precisamente la representación de todo lo contrario al suicidio, es la representación de aquel que con absoluto desprecio a la muerte asume su papel de militante revolucionario siendo consciente de que la muerte le acecha en cada esquina.
Su Dermatitis le obligaba a sumergir su cuerpo dentro de una bañera de agua caliente para aliviar sus dolores, y a pesar de ello seguía escribiendo sus artículos para “El amigo del pueblo” el cual leían sus seguidores y sus desesperados enemigos, haciendo efectiva la reflexión de Epicúreo, “si no soy el instrumento que corta seré el instrumento que afila”.
Frase que ha guiado la vida de quien esto escribe y que tantas veces ha vivido el acecho de la muerte a manos de sus enemigos, como buen iconoclasta.
Pero hace años que la humanidad huye de las revoluciones, se ha instalado en la comodidad de la socialdemocracia y consumismo capitalista, para convertirse en una sociedad bobalicona y acomodada.
@ordosgonzalo
gonzalo alvarez-lago garcia-teixeiro