El alemán Hombach – obispo en retiro y amiguito de Engels, el pedófilo que logró huir hacia Alemania tras herir la vida a tantos niños en Nicaragua, bajo el disfraz de sacerdote– ha tratado de lanzar una ofensa al parlamento de Nicaragua.

"El verdadero circo es la Asamblea", dijo con una cara descompuesta por claros signos de odio, poco recomendables para quien se autodefine como "pulcro" cristiano. Y supongo pensaba en el Budestag al hablar de circos parlamentarios.

Dijo de Nicaragua que es un país que "ha perdido el norte" (gracias a Dios, porque en el Norte está el belicoso imperio de escipión Hussein Obama), y que cuando eso pasa se olvida a los humanos y hasta se prefiere privilegiar a los animales.

Fue en declaraciones al canal 12 en el programa de Arturo McFields, hijo del poeta David, el de Pancasán.

Yo recuerdo de un país que perdió no sólo el norte y el sur, sino la razón, cuando apoyaron a Hitler para destruir a los humanos que no fuesen "arios" como ellos.

Hombach viene de ahí, se supone entonces que tiene experiencia en países que pierden el "norte".

Quizás su preocupación por la ley de defensa de los animales domésticos sea, pues, bien intencionada. Démosle generosamente el beneficio de la duda.

Pero en su bravura diaria, el pobre amargado Hombach, se pasó llevando en el saco a sus aliados del MRS-SRM, que son diputados.

Debería, Hombach, callar e irse a su vieja patria, a la Alemania de sus antepasados nacionalsocialistas. Bajo la férula de un Papa como Ratzinger, quien fue de las juventudes hitlerianas en tiempos pasados. Ahí por cierto las leyes de protección a los animales son mucho más radicales. Y no en favor de los migrantes kurdos, por ejemplo, quienes son asesinados por los cabeza rapadas herederos de del Fhürer.

Esa sería una buena "solución final". ¿No le parece, Herr Hombach?.

Marcio Vargas Aguilar

Periodista nicaragüense

Orden Independencia Cultural "Rubén Darío"

Cristiano, socialista y solidario.

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