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A fiebre reumática es un trastorno inflamatorio del tejido conectivo del cuerpo, provocada por una infección de garganta con estreptococos del grupo A. Esta condición puede causar una artritis temporal y dolorosa, entre otros síntomas
La fiebre reumática es un trastorno inflamatorio del tejido conectivo del cuerpo, provocada por una infección de garganta con estreptococos del grupo A. Esta condición puede causar una artritis temporal y dolorosa, entre otros síntomas.
En algunos casos la fiebre reumática causa daños a largo plazo en el corazón y sus válvulas. Esto se conoce como la enfermedad cardíaca reumática.
¿Cómo los niños adquieren la fiebre reumática?
La fiebre reumática se produce como resultado de una cepa de estreptococos presente en la garganta que no ha sido tratada con antibióticos lo suficientemente rápido. Los médicos no están seguros de por qué esta rara cepa de estreptococos provoca este trastorno inflamatorio. Según los médicos esta condición se produce porque los anticuerpos que atacan estas bacterias, también atacan por error a las células sanas de las articulaciones, del cerebro, de las válvulas y el músculo del corazón, así como del tejido de la piel, provocando una reacción inflamatoria.
La faringitis estreptocócica es más común en los niños en edad escolar y por tanto también lo es la fiebre reumática. La fiebre reumática fue la principal causa de discapacidad y muerte en los niños de muchos países hace varias décadas atrás. Hoy en día, es menos común porque las personas tienen más acceso a la penicilina y otros antibióticos.
¿Cuáles son los síntomas de la fiebre reumática?
La fiebre reumática puede provocar:
• Carditis: inflamación del tejido muscular del corazón y en consecuencia una frecuencia cardíaca rápida, fatiga, falta de aliento e intolerancia al ejercicio. Este es el síntoma más grave y puede tener efectos a largo plazo sobre la salud. La carditis se presenta en aproximadamente el 50 por ciento de los paciente que padecen la fiebre reumática
• Artritis: hinchazón, enrojecimiento y dolor en las articulaciones, especialmente las rodillas, los tobillos, los codos y las muñecas. Esto es común y ocurre en aproximadamente el 70 por ciento de los pacientes con fiebre reumática.
• Erupción con manchas en la piel que no causa comezón.
• Nódulos subcutáneos: bultos pequeños y duros debajo de la piel.
• Fiebre
• Condición conocida como la corea o "baile de San Vito": movimientos involuntarios de las extremidades, que es más común en las mujeres.
Los niños y adolescentes que tienen la enfermedad reumática del corazón grave deben visitar a un cardiólogo con regularidad por el resto de sus vidas
¿Cómo se diagnostica la fiebre reumática?
No existe una prueba única para diagnosticar la fiebre reumática, aunque generalmente los médicos utilizan los mismos criterios para determinar si una persona tiene fiebre reumática. El paciente debe tener evidencia de una infección estreptocócica previa, lo cual se identifica mediante el cultivo de una muestra de la garganta o los análisis de sangre. Eso, combinado con otros hallazgos físicos y signos de afectación del corazón, ayuda a obtener un diagnóstico.
El médico también puede solicitar un electrocardiograma y / o un ecocardiograma. El primero se hace para identificar una posible conducción eléctrica anormal en el corazón, mientras que el segundo se realiza para encontrar fugas en las válvulas del corazón, la presencia de líquido en el saco alrededor del corazón o una deficiencia en la función del músculo cardíaco.
¿Cuál es el tratamiento para la fiebre reumática?
La penicilina y otros antibióticos se utilizan para tratar la fiebre reumática. Generalmente los niños tienen que mantener una dosis baja de penicilina durante años para reducir el riesgo de recurrencia de la enfermedad. Esto es muy importante para prevenir un mayor riesgo de daño al corazón. Efectos a largo plazo de la carditis provocada por fiebre reumática La carditis o inflamación del músculo y el tejido cardíaco es el resultado más grave de la fiebre reumática. Algunos niños no desarrollan carditis, mientras otros desarrollan una carditis leve que puede no causar problemas en el futuro. Sin embargo, otros desarrollan la carditis severa.
La inflamación conduce a la cicatrización y daño permanente en el corazón, en particular en las válvulas. La válvula mitral, que controla el flujo de sangre entre la cámara superior izquierda y la cámara inferior izquierda del corazón, es afectada con frecuencia. La válvula aórtica, que envía la sangre a partir de la cámara inferior izquierda hacia el cuerpo, es la otra válvula más dañada comúnmente. La fuga en las válvulas del corazón constituye el hallazgo más habitual asociado a la carditis.
Con el paso del tiempo, puede ocurrir la obstrucción de la válvula mitral debido a la cicatrización, llegando a necesitarse la cirugía para reparar o reemplazar la zona afectada. Por lo general, esto no es necesario antes de la edad adulta, pero en los casos más graves se debe intervenir desde edades tempranas.
Los niños y adolescentes que tienen la enfermedad reumática del corazón grave deben visitar a un cardiólogo con regularidad por el resto de sus vidas. El médico controlará el funcionamiento del corazón, para que si se presentan problemas, se puedan abordar lo antes posible.