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Evangelina Benavides
Con su penacho de gloria, ataviado por la historia, mi querido Monimbó fue testigo de la lucha inclaudicable que emprendió el joven guerrillero Camilo Ortega, quien a sus 28 años, peleando contra la tiranía de los Somozas y la intervención norteamericana, partió hacia la aurora, un 26 de febrero de 1978, empuñando entre sus manos la bandera roja y negra Sandinista.
En conmemoración al 33 aniversario de esta fecha histórica, la Juventud Sandinista 19 de Julio (JS19J), realizó una caminata hacia los sabogales en el departamento de Masaya, donde cayó en combate el Comandante Camilo Ortega, héroe de la Revolución Popular Sandinista.
Su lucha se caracterizó por defender la justicia para el pueblo, a los presos políticos y combatir la tiranía impuesta por los enemigos de la humanidad a través de la familia Somoza.
Camilo Ortega fue miembro del Frente Estudiantil Revolucionario (FER) y se integra plenamente en las movilizaciones estudiantiles pasando pronto a participar con el FSLN, aún no estando integrado en el mismo.
Ya para 1966 ingresa, junto a Jorge Guerrero y Selim Schible en el FSLN, en el cual se encarga de formar los llamados Comandos Armados Sandinistas.
El 26 de febrero de 1978, cae en combate por la represión armada de la guardia genocida al pueblo luchador y heroico de Monimbó en Masaya; desde entonces, la sangre de Camilo fue “ creciendo en las pitahayas, en la risa de los niños de mi amada Nicaragua… Tu sangre pura Camilo, Llamarada en la montaña, derramó sobre mi patria su violenta floración” .
Camilo dejó como legado a las siguientes generaciones sandinistas, su compromiso con la lucha, la justicia y la honestidad; la unidad de la formación política fue su principal prédica por lo que se le llamó “ Apóstol de la Unidad Sandinista".