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Las mujeres que van por la calle gritando que son feministas, no se han dado cuenta que son sólo objetos políticos
(Fotografía del Artista Cesareo Naranjos)
Hablar de la vida o la muerte, es muy difícil, pero hablar del aborto puede confundir a muchos y es por eso que, creo que es de suma importancia mencionar que los hombres tenemos derecho a opinar, pero no a determinar sobre el tema.
En los últimos años he sido testigo de como una gran cantidad de personas del sexo masculino critican y no sólo eso, sino que agreden a las mujeres que están a favor del aborto.
Desde mi perspectiva, creo que es importante escuchar la ponencia de ellas y saber los argumentos que tienen y comprender porqué están en contra o a favor del tema, sin pasar por alto que la decisión que tomen, sólo les corresponde a ellas mismas, que son las que poseen los ovarios, las que menstrúan y las que sufren dolor al parir.
Sin embargo, la incursión de la iglesia parece no estar de acuerdo con ello, pero cómo es posible que una religión en la que la participación de las mujeres es por demás mencionarlo casi nula o mejor dicho, nula, y aún así se atreve a no opinar, sino a criticar, sin fundamentos científicos a tal grado que se violentan los derechos humanos.
El aborto es decisión de la mujer y no de dios, ni del hombre
La práctica de abortos ilegales, es un enorme negocio para muchos y ha causado la muerte de muchas mujeres, entre ellas, muchas menores de edad. Ha habido casos en las que los mismos hombres han financiado dichas acciones con el fin de ocultar al publico, que han embarazado a una menor de edad.
La vida no es un juego, pero para muchos es una forma de obtener ganancias y sobre todo si se manipula desde temprano.
Mejor una mujer que decide luchar por la dignidad de su cuerpo, a una mujer muerta por abortar ilegalmente, pero para ello, es importante tomar una iniciativa que ampare a las principales actrices, las mujeres, con leyes que no estén ligadas a la religión, sino leyes laicas que brinde beneficio y cuidado a las ciudadanas, con el fin de que ellas puedan ejercer su derecho conscientemente y libres.
No se trata de que vayan gritando por las calles y cantando canciones ofensivas, no se trata de denigrar al otro sexo, sino de consonantizar que para ellos es importante el respeto.
Es por demás absurdo que se pretenda “hablar un idioma inclusivo” cuando no se ha llegado a comprender las necesidades del humano en un idioma acostumbrado y entendible. No se trata de denigrar al hombre, cuando muchas mujeres inculcan esos hábitos a sus hijos, tanto que si tienen una bebe, la visten de rosa y si tienen un bebe, lo visten de azul.
Las mujeres que van por la calle gritando que son feministas, no se han dado cuenta que son sólo objetos políticos. Para llegar a una equidad de género, se requiere cultura, educación y leyes inquebrantables en las que las organizaciones religiosas no tomen parte en ese asusto.
Sin religión y sin partidos políticos
Sin religión y sin partidos políticos.
El aborto es decisión de la mujer y no de dios, ni del hombre.